El equipo de Urología y Salud Integral toma como objetivo una visión absoluta del paciente, entendiendo al mismo como un “todo”, dando una visión más allá de lo orgánico y brindando un abordaje desde la contención y la salud mental. Es por ello que contamos con un equipo interdisciplinario para poder lograr una mejor calidad de atención y respuesta a las diversas patologías diarias que recibimos en el consultorio.
La incontinencia de orina es la pérdida del control de la vejiga o de la capacidad de controlar la micción provocando fuga de manera no deseada de orina.
Es una afección común que puede comprometer tanto mujeres como hombres, siendo más frecuente en este primer grupo.
Se puede dividir principalmente en:
Incontinencia de esfuerzo
Ocurre cuando condiciones que aumentan la presión dentro de la vejiga provoca que se escape orina involuntariamente.
Se relaciona en su mayoría con el reír, el toser, agacharse o realizar cualquier actividad física.
La fisiopatogenia de este tipo de incontinencia se debe principalmente por el debilitamiento del piso pélvico, producto de alteraciones ligamentarias que afectan el correcto funcionamiento de los órganos pélvicos. El principal factor relacionado con este desgaste son los embarazos, los partos naturales, edad avanzada y obesidad.
Incontinencia de urgencia
Ocurre cuando aumenta la presión dentro de la vejiga por una causa no externa, es decir, por disminución de la distención vesical o contracción involuntaria de la misma (vejiga hiperactiva). Esto se traduce en pacientes que sienten la "urgencia imperiosa" de ir al baño y no llegan, orinándose. Los principales factores de riesgo que lo producen son condiciones como la diabetes, obesidad, embarazos múltiples, cirugías pélvicas o enfermedades del sistema nervioso.
Incontinencia mixta
Es la combinación de ambos tipos de incontinencias (esfuerzo más urgencia).
Incontinencia por rebosamiento
Es el tipo de incontinencia más frecuentes en hombres. Ocurre cuando la vejiga no se vacía de manera completa y deja un residuo cada vez más elevado, aumentado la presión dentro de la vejiga provocando que el esfínter vesical encargado de la continencia se vea superado. Esto se produce en su mayoría en pacientes con problemas prostáticos y en alteraciones del sistema nervioso.
¿Por qué es importante conocer de la incontinencia?
Porque culturalmente durante muchos años se percibió a la incontinencia como algo normal, producto de la avanzada edad, que no podía prevenirse ni tratarse. La realidad es que es una afección que altera de manera significativa la calidad de vida, haciendo que las personas tiendan a aislarse, perder sociabilización o incluso limitar o suspender la rutina diaria por vergüenza o miedo.
Lo importante es transmitir que es una patología TRATABLE , y que puede llevar a cambiar radicalmente la vida del paciente.
¿En qué consiste el tratamiento?
El primer paso es un correcto diagnóstico. Esto se realiza mediante una entrevista y diversos estudios solicitados por el urólogo.
Una vez identificado el tipo de incontinencia se trata el motivo que la causa. Si el problema es estructural, y ocasiona una incontinencia de esfuerzo, se ofrecerá tratamientos quirúrgicos que devuelvan la solidez anatómica necesaria. En caso de que sea funcional (de urgencia), se estabilizara el funcionamiento del musculo vesical mediante tratamientos farmacológicos. Lo fundamental, vale la pena repetirlo, es un correcto diagnóstico.
¿Se puede prevenir?
Si. En caso de que el problema sea anatómico con una incontinencia leve, existen entrenamientos físicos de rehabilitación del suelo pélvico mediante kinesioterapias. Los hombres, cuya principal causa es la prostática, pueden prevenirlo realizando los controles correspondientes con su urólogo.
La prevención y control de enfermedades sistémicas crónicas como diabetes, hipertensión y obesidad entre otros, previenen el desgaste de las terminaciones nerviosas que terminan produciendo inestabilidad en el comportamiento de la vejiga.
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